Mapa conceptual del origen del Islam
En este mapa conceptual del origen del Islam, te vamos a explicar cómo surgió y su proceso de expansión a lo largo del mediterráneo y los aportes que nos dejó esta civilización
Origen del Islam
En el siglo VII, mientras el Cristianismo se consolidaba en los reinos germanos, en la península Arábica surgía una nueva religión monoteísta.
Su fundador fue Mahoma, un árabe que predicó a su pueblo que existía un solo Alá (Dios), todopoderoso y lleno de misericordia.
Quien lo había elegido como su profeta –sucesor de Abraham, Moisés y Jesús– para comunicar a los hombres su mensaje y guiarlos por el camino de la salvación.
Esta religión era el Islam (sumisión a la voluntad de Alá) y quienes la profesaban, aún si no eran árabes, se denominaban musulmanes (los que se someten a Alá).
Que es el Islam
La fe fue lo que cimentó la unidad árabe. Esa nueva fe se llamó Islam, palabra árabe que significa sumisión.
Mahoma enseñó a sus seguidores que existe un único Dios, Alá, al que hay que someterse.
No se concibió a sí mismo como ser divino, sino que como el último y más importante de una larga línea de profetas, después de Moisés, los profetas del Antiguo Testamento y Jesús.
Un buen musulmán debe leer el Corán en árabe, por lo que en la medida que se expandió el Islam, se difundió la lengua árabe.
La expansión islámica
En el año 632, tras la muerte de Mahoma, los ejércitos musulmanes extendieron su religión por las costas del mar Mediterráneo, Persia y la península arábiga, creando un gran imperio.
El islam comenzó a difundirse por toda Arabia y se convirtió en el elemento unificador de las tribus árabes dispersas.
La incorporación de nuevos creyentes a los ejércitos árabes, permitió la conquista armada de otras tierras.
El Imperio romano de oriente y la Europa cristiana en general, nunca habían considerado a los árabes una amenaza.
Sin embargo, la etapa de expansión de los árabes luego de la unificación de las distintas tribus bajo una misma tribu, sorprendió a la cristiandad.
La expansión se realizó en tres etapas:
- El califato ortodoxo (632-661). Los musulmanes conquistaron Siria, Palestina, Persia y Egipto, y comenzaron la lucha contra el Imperio bizantino. La principal autoridad del Imperio era el califa, que quiere decir “lugarteniente de Dios” y que era elegido entre los familiares del profeta. Sin embargo, los enfrentamientos internos por el poder dieron paso a una nueva dinastía.
- La dinastía Omeya (661-750). Los musulmanes trasladaron la capital del Imperio a Damasco, y conquistaron el norte de África y la península Ibérica. Luego, intentaron cruzar los Pirineos para continuar hacia el interior de Europa, pero fueron derrotados, en la batalla de Poitiers o Tours por los francos, en el año 732.
- La dinastía Abasida (750-1258). La capital del Imperio se trasladó a Bagdad, se multiplicaron las luchas internas y comenzó la desintegración del Imperio.
Organización política de los califatos
Los califatos estuvieron organizados en una estructura jerárquica simple. El jefe supremo era el califa, asesorado por un reducido grupo de notables.
El califato se dividía en provincias y estas en cantones; en las primeras gobernaban los emires y en los segundos gobernaban los visires.
El gobierno imperial, centralizado y rodeado de una corte numerosa, controlaba las funciones del ejército, de los funcionarios y de los servidores públicos
La cultura en el mundo musulmán
El islam desarrolló una brillante civilización que se alimentó, tanto de los aportes de la cultura árabe, como de culturas precedentes.
La lengua árabe se convirtió en la expresión universal de la civilización islámica, ya que fue adoptada en todos los territorios conquistados y sirvió como vehículo de unificación.
Las obras más importantes de los pensadores orientales y griegos se tradujeron al árabe, y con base en ellas, los sabios musulmanes desarrollaron sus propias creaciones.
Muy pronto se fundaron bibliotecas, como las de Bagdad o El Cairo, en las que se almacenó todo el saber de la época.
En el mundo musulmán se alcanzaron importantes progresos en medicina, geografía, astronomía, así como en los estudios filosóficos, principalmente con la recuperación y difusión del pensamiento de Aristóteles.
Gracias a los musulmanes las invenciones chinas, como el papel, la imprenta, la pólvora y la brújula, se difundieron por todo su mundo y por Europa. Fueron seguidores de los estudios de la historia, en los cuales sobresalió el sabio Aben Jaldum.
La literatura y el arte
La literatura alcanzó gran desarrollo entre los musulmanes que, debido a la influencia de la India, escribieron muchos libros de historia, de geografía, de viajes y algunas narraciones como Las mil y una noches, un escrito basado en historias y cuentos persas e hindúes.
Los musulmanes también fueron promotores de la poesía y sus primeros versos ya contenían elementos como la rima, la melodía, el ritmo y la descripción poética. En principio, los poemas fueron dedicados al desierto y, posteriormente, al amor..